miércoles, 17 de diciembre de 2025

 

Bajo un cielo triste
hervido de herrumbres
y maderos olvidados
viles caballeros
roedores del universo
en hordas de duros armazones
atropellaron sus cascos
contra la tierra yerma

No pudo Don Alonso
imaginar su furia
sufrido el descarne
lejos yace su yelmo
apagándose lento
suspendido en las alturas
en la quietud del abandono
perdidas memorias del sol

Ella lo reza extraviada
no hubo partes ni bandos
solo unas palabras
dichas en la huida
por el inefable Sancho:
Dulcinea, tu viejo quijote
ha partido a tiempo.

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