Por la carretera perdida
un hombre extraño
salvaje de corazón
acaricia el tapizado
de azul terciopelo
mientras conduce
Nubes se cruzan
la bruma crece
otro hombre con
la cabeza borrada
por un elefante
cruza Mulholland Drive
Hay una casa en llamas
el señor L se detiene
entra en ella
una mujer lo saluda
con un susurro:
La muerte no existe.
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