EL FARO DE LOS ENTERRADOS
Despliegue de los lúgubres
con su golpe que aturde
dejan un sabor óseo en la boca
muy debajo ya eran diminutos
de una pérdida inmensurable
Un agujero por el que cayó
todo lo que se oculta del sol
caleidoscopio de vida sepia
donde ya no son quienes eran
sólo un torrente subterráneo
de cristos entre rieles y piedra
Estrechos acompañantes del daño
dan pasos sobre su propio dolor
pero en verdad no saben nada
las cosas dejan de importar
Una luz los mantiene a salvo
y conecta su carne viva
antes del fundido a negro
es el faro de los enterrados.
Algo tan leve y pequeño
tan empañado delantal
con espuma de los días
en susurros de megáfono
habló todas sus lenguas
de chocolates y arcoíris
en soledades que humanizó
entre bamboleos sin sentido
Algo tan etéreo y fugaz
como una inconsciente presencia
en la marcada casa de su espíritu
misterios de té cargado
que viene desde el más allá
piedad de derrotada ciencia
de emperador autoengendrado
cosechero al alba de sí mismo
Se convirtió en apóstol
estrellando lunas sin cielo
entre barrotes sin sol
y dio todo su dañado amor
y regaló sus luces compañeras
fraguando planetas de caramelo
En épocas de meras excusas
pintó el origen del universo
en el destino de su condición.