viernes, 21 de noviembre de 2025


No hay un dulzor en la mañana
sabe que ha vivido encadenada
al arrullo de locura de un pájaro
que persiste en las noches dadas

Nunca supo nadie qué hacía allí
los años pasaron, un lento magma
descosió las migas de su pasado
cautiva sin tempranos campanarios

La visita la anestesia aún más
sólo el fulgor en la ventana
pliega un sentido solaz y huye
entre violines en silencio

Una palabra podría atenuar
los cabildeos de monasterio
que se pierden de querer
ser hasta no poder morir

¿Cómo destronar el mundo
si ese pájaro sigue allí?

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